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Channel: Tomás García Huidobro sj
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La recapitulación de la historia o el volver al paraíso (EvBart y EvSalv)

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La recapitulación de la historia en la figura de Jesús tiene en vista, para los padres de la Iglesia, el final abierto al drama de Adán y Eva. Estos han sido despojados de la gloria divina, ( aqui  , aqui y aqui ) de la inmortalidad (y aqui ), de la armonía con la creación ...en otras palabras, han sido expulsados del paraíso.  En esta historia de mil caras, profundas y entrecruzadas,  Satán, el ángel que ha envidiado al hombredesde el inicio ( y aqui ), ha salido aparentemente victorioso . Sin embargo, esta es una victoria no sólo temporal, sino sobre todo aparente. De acuerdo al  judeo-cristianismo, donde abundo el pecado, sobreabundó la Gracia. La verdadera importancia del pecado reside, para el hombre que se arrepiente, en la sobreabundancia del amor divino. Un apócrifo cristiano que profundiza en esta verdad es el Evangelio de Bartolomé (III-V).  En este documento, el discípulo le dice a Jesús resucitado que cuando éste yacía en la cruz lo vio desaparecer al mismo tiempo que oía voces subterráneas, y grandes lamentos y rechinar de dientes (1,6). Entonces Jesús le cuenta que efectivamente cuando las tinieblas descendieron sobre el Golgota él descendió a los abismos para llevarse a Adán y a todos los que con él estaban (1, 9). El descenso de Jesús contiene todos los elementos dramáticos de una historia bien construida. El abismo le dice alarmado a Belial (Satán): Según veo, Dios ha llegado hasta aquí. Todos se apresuran a abrir las puertas. Cuando Jesús va descendiendo, el Abismo se llenó de turbación, diciendo: Pienso que Dios ha bajado a la tierra, pues oigo la voz del Altísimo y no la puedo aguantar (1,13). Ante el desconcierto, Belial anima al Abismo: No te sometas. Abismo, recóbrate, pues Dios no desciende a la tierra(1,14). Pero esto es en vano, Jesús sigue descendiendo a los abismos. Los ángeles y potestades aclamaban: Levantad las puertas de vuestro Rey, alzad las puertas eternas, pues ved aquí que entra el rey de la gloria. El Abismo no puede dejar de lamentarse: ¡Ay de mí! Que oigo el aliento de Dios (1, 15).  Pero todo es inútil, el avance conquistador de Jesús es imparable, y así, entra en el Abismo, lo flageló, lo ató con lazos indisolubles y arrojó fuera a todos los patriarcas antes de regresar a la cruz (1, 19). Entre los rescatados destaca un hombre gigantesco, quien no era sinoel primer creado, por quien yo (Jesús) bajé de los cielos a la tierra y a quien dije: Por ti y por tus hijos fui yo colgado en la cruz.

Otro texto apócrifo importante al respecto es el Evangelio del Salvador donde Jesús dice:  Si yo me ocupé  de lo que pertenece al mundo, también es oportuno que baje al Hades a causa de las almas que están atadas en ese lugar (P97).Recordemos también al Evangelio de Nicodemo donde Isaías y Juan Bautista proclaman cómo Jesús descendió a los infiernos: Estábamos nosotros en el infierno con todos los que habían muerto desde l principio del mundo. En la hora de la medianoche amaneció en aquellos oscuros lugares como la luz brillante del sol, con la que todos fuimos todos iluminados de modo que pudimos vernos unos a otros (18 [2])….mientras Satanás y el Abismo se decían uno a otro tales cosas, se produjo una gran voz como de un trueno que decía: “Levantad, príncipes, vuestras puertas, levantaos puertas eternas y entrará el rey de la gloria”…Cuando el abismo esta voz por segunda vez, dijo como si realmente nada supiera: “¿Quién es este rey de la Gloria?” Contestaron los ángeles del Señor: “El Señor fuerte y poderoso, el Señor poderoso en la guerra” (21 [5]). En este texto vemos, además, una interesante correspondencia entre el árbol del Conocimiento y el madero de la cruz. Así, más adelante tenemos a Jesús tomando de la mano a Adán y levantándolo dice: “Venid conmigo todos los que habéis muerto por el madero que éste tocó. Pues mirad cómo yo os resucito a todos por el madero de la cruz”.Cuando Adán es sacado afuera, lleno de gozo decía: “Doy gracias a tu magnanimidad, Señor, porque me has sacado del abismo más profundo” (24 [8]). 

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