En una entrada anterior veíamos como se relacionan el relato de la creación y caída del hombre con el relato de Moisés en elSinaí y la desobediencia del pueblo. Esta misma relación la encontramos en el Targum Neofiti al Gn 3,22, donde, además, vemos cómo la promesa hecha a Adán (Israel) es configurarse como el árbol de la vida en el Jardín del Edén. Esta última relación nos lleva al Salmo 1 donde los justos que guardan la ley son plantados como árboles (de la vida en los LXX). Vamos al Targum: Y el Señor Dios dijo: “Mirad al primer Adán (hombre), a quien he creado, quien es único en el mundo, como yo soy único en las alturas. Vendrá el tiempo cuando muchas naciones emergerán de Él, y de Él una nación que sabrá discernir entre el bien y el mal. Si Él guarda los mandamientos de la Torá y mantiene sus decretos va a vivir y será como un árbol de vida para siempre. Sin embargo, si no guarda los mandamientos de la Torá o no mantiene sus decretos, yo lo expulsaré del Jardín del Edén, no sea que extienda su mano y tome el fruto del árbol de la vida y viva para siempre. Otro texto interesante es el Targum Neofiti a Gn 3, 24. : Entonces Él expulsó a Adán y la gloria de la Sekina lo hizo habitar en el este del Jardín del Edén, desde donde estaban dos querubines. Antes que Él creará el mundo, por dos mil años el creó la Torá y estableció el Jardín del Edén para los justos, para que ellos pudieran comer y disfrutar el fruto del árbol, esto para aquellos que guardan los mandamientos de la Torá en este mundo y guardan sus decretos. Él había preparado el Gehinnom para los malvados que se asemeja a una afilada espada que corta por los dos lados…Ya que la Torá es el árbol de la vida todo aquel que la estudia y guarda sus decretos va a vivir. Ella se erige como el árbol de la vida para el mundo venidero. Es bueno estudiar la Torá en este mundo como el fruto del árbol de la vida.
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