La radicalidad de las bienaventuranzas de Lucas radica en el hecho de que la realidad social se invierte como producto de la intervención divina. Dirigiendo la mirada a los discípulos, les decía:
—Felices los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.21: Felices los que ahora pasan hambre, porque serán saciados. Felices los que ahora lloran, porque reirán. 22: Felices cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y desprecien su nombre a causa del Hijo del Hombre. 23: Alégrense y llénense de gozo, porque el premio en el cielo es abundante. Del mismo modo los padres de ellos trataron a los profetas (6,23-24).
—Felices los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.21: Felices los que ahora pasan hambre, porque serán saciados. Felices los que ahora lloran, porque reirán. 22: Felices cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y desprecien su nombre a causa del Hijo del Hombre. 23: Alégrense y llénense de gozo, porque el premio en el cielo es abundante. Del mismo modo los padres de ellos trataron a los profetas (6,23-24).
Esta idea también se encuentra en el Testamento de Judas (25, 4): Los que hayan muerto en la tristeza resucitaran en gozo, y los que hayan vivido en pobreza por el Señor se enriquecerán; los necesitados se hartarán; se fortalecerán los débiles, y los muertos por el Señor se despertaran a la vida.