La sensibilidad de Hillel el viejo en relación a los pobres se puede apreciar en la misná Shevi´it 10, 3 donde leemos: Si el préstamo se hizo con declaración expresa y oficial de que no se cancelaría con el año séptimo, no se cancela. Esta es una de las cosas que ordenó Hillel el viejo. Cuando observó que la gente se retraía de hacer préstamos, quebrantando lo que está escrito en la Torá: Guárdate de que se alce en tu corazón este bajo pensamiento.... estableció el prosbol. Lo que está en cuestión aquí es la conveniencia o no de dar prestamos a las personas antes del año sabático. La Torá dice que sí se puede dar prestamos, el problema radica en que los prestamistas no lo hacían porque con la llegada del año sabático la deuda quedaba cancelada. Recordemos que Jesús abogaba por la aplicación del año sabático y la anulación de todas las deudas a los más pobres. Hillel es de otra opinión. Para preservar la comunidad, pensaba, era necesario no aplicar el año sabático para que los pobres pudieran tener acceso a los prestamos que tanto necesitaban para poder sobrevivir. Condonar las deudas era lo mismo que no tener acceso a prestamos, lo que significaba la ruina de los pobres.
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