La historia de Israel se construye a través de distintos relatos de la biblia, que como piezas de un rompecabezas, versa principalmente sobre el origen de este pueblo que se constituye en la Alianza que establece con Dios en el Sinaí. Si es fiel a esta elección de Dios, entonces, el pueblo, a través, podrá regresar a una nueva vida preparada por Dios cruzando por el desierto que es un tiempo de purificación. La vida y la sabiduría como don, la tierra propia, la vida larga, y la descendencia son las consecuencias de ser fieles a esta elección de Dios. Entre las distintas versiones de esta misma dinámica encontramos la Canción de Moisés en Dt 32 que son las canciones del desierto a través del cual Yave lleva en sus alas a su pueblo. Dt. 32 al igual que Ex 19 establece que Israel es el pueblo de Yavé, y que Éste, a su vez, es su Dios. Ver también el Sal 91, 11-12, El le dará instrucciones a sus ángeles para protegerte en cada camino, ellos les llevarán en sus manos para que no tropeséis con ninguna piedra. Veamos también el Sal 34,7, el Ángel de Yavé acampa al rededor de aquellos que le temen, y les va a rescatar. El desierto, como metáfora de espacio donde la nada y el vacio purifican al hombre, también se hace presente en Jr. Cuando el prófeta tiene una visión de la destrucción de Jerusalén se le describe como el Jardín del Edén antes que este fuera ocupado por el hombre (el pueblo de Israel). Yo miré sobre la tierra y ésta estaba informe y vacía...y yo observé, la tierra fecunda era un desierto (4, 23-26). Estas cualidades de la tierra después de la destrucción son los mismos que se ocupan en el relato del Gn 2 para hablar de la tierra antes que se ocupase por Adán Es el desierto que ha de transitar el pueblo para llegar a la tierra prometida. Desierto, purificación, un nuevo comienzo, son imágenes recurrentes.
Si el pueblo obedece la voluntad de Yave, quien los ha sacado de Egipto y los conduce a la tierra prometida donde quiere gobernarlos como Rey, encontrarán refugio en Él. La idea teológica de fondo es la necesidad de caminar en el camino de Yavé, el camino de la justicia. Desde esta perspectiva, Amoritas, Cananeos, y Filisteos son imágenes de páganos o increyentes. Ellos caminan la senda del mal. La visión es bastante básica, muy en negro o blanco. Y por supuesto se repite en muchas partes de las escrituras. Por ejemplo, una vez que el pueblo se ha purificado, Moisés, en la cumbre del monte Nebo, establece la que debería ser la posición de un rey en Israel: Pero él no aumentará su caballería, no enviará tropa a Egipto para aumentar su caballería, porque el Señor les ha dicho: No volverán jamás por ese camino. 17,17: No tendrá muchas mujeres, para que no se extravíe su corazón, ni acumulará plata y oro (Dt 17, 16-17). Esta advertencia se dirige al libro Rey 10-11 con la historia de Salomón y su lengendaria riqueza. Todo el mundo se dirige ante la presencia del legendario rey trayéndole presentes en oro y plata. El rey trajo caballos de Egipto, tenía 1400 carros, y 12000 caballos. También muchas mujeres, unas 700 de otras naciones. En 2Rey son las esposas extranjeras las que corrupten a Salomón. En otras palabras, desobedeciendo la advertencia de Moisés, Salomón, como un segundo Adán, acarrea la desgracia sobre el pueblo. Más adelante, Esdrás advertirá del mismo peligro a Israel en su conjunto. Hay que cuidarse de las esposas extranjeras. En ese sentido Moisés está advirtiendo sobre el futuro y el pasado (en realidad sobre el presente del pueblo) tal como lo hace en Dt 28,66: vivirás pendiente de un hilo, temblarás día y noche, no vivirás jamás seguro. Aquí Moisés se está refiriendo al tiempo cuando Israel pierda la tierra y se disperse después de la desobediencia: Ustedes serán arrancados de la tierra adonde vas a entrar para tomarla en posesión, 28,64: y el Señor los dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra (Dt 28, 63-64). La dinámica de la desobediencia es la de la humillación y la degradación: El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: No lo volverás a ver, y allí serán puestos en venta como esclavos y esclavas a sus enemigos, y no habrá comprador (Dt 28, 68). Este pueblo que vuelve al camino de regreso a Egipto, es el mismo que Salomón representa con sus caballos y mujeres, o Adán que ha comido del fruto que Dios había prohíbido. Para más detalles: The Mythic Past, p. 41-99
Si el pueblo obedece la voluntad de Yave, quien los ha sacado de Egipto y los conduce a la tierra prometida donde quiere gobernarlos como Rey, encontrarán refugio en Él. La idea teológica de fondo es la necesidad de caminar en el camino de Yavé, el camino de la justicia. Desde esta perspectiva, Amoritas, Cananeos, y Filisteos son imágenes de páganos o increyentes. Ellos caminan la senda del mal. La visión es bastante básica, muy en negro o blanco. Y por supuesto se repite en muchas partes de las escrituras. Por ejemplo, una vez que el pueblo se ha purificado, Moisés, en la cumbre del monte Nebo, establece la que debería ser la posición de un rey en Israel: Pero él no aumentará su caballería, no enviará tropa a Egipto para aumentar su caballería, porque el Señor les ha dicho: No volverán jamás por ese camino. 17,17: No tendrá muchas mujeres, para que no se extravíe su corazón, ni acumulará plata y oro (Dt 17, 16-17). Esta advertencia se dirige al libro Rey 10-11 con la historia de Salomón y su lengendaria riqueza. Todo el mundo se dirige ante la presencia del legendario rey trayéndole presentes en oro y plata. El rey trajo caballos de Egipto, tenía 1400 carros, y 12000 caballos. También muchas mujeres, unas 700 de otras naciones. En 2Rey son las esposas extranjeras las que corrupten a Salomón. En otras palabras, desobedeciendo la advertencia de Moisés, Salomón, como un segundo Adán, acarrea la desgracia sobre el pueblo. Más adelante, Esdrás advertirá del mismo peligro a Israel en su conjunto. Hay que cuidarse de las esposas extranjeras. En ese sentido Moisés está advirtiendo sobre el futuro y el pasado (en realidad sobre el presente del pueblo) tal como lo hace en Dt 28,66: vivirás pendiente de un hilo, temblarás día y noche, no vivirás jamás seguro. Aquí Moisés se está refiriendo al tiempo cuando Israel pierda la tierra y se disperse después de la desobediencia: Ustedes serán arrancados de la tierra adonde vas a entrar para tomarla en posesión, 28,64: y el Señor los dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra (Dt 28, 63-64). La dinámica de la desobediencia es la de la humillación y la degradación: El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: No lo volverás a ver, y allí serán puestos en venta como esclavos y esclavas a sus enemigos, y no habrá comprador (Dt 28, 68). Este pueblo que vuelve al camino de regreso a Egipto, es el mismo que Salomón representa con sus caballos y mujeres, o Adán que ha comido del fruto que Dios había prohíbido. Para más detalles: The Mythic Past, p. 41-99