De acuerdo a los escritos del NT el Hijo es la imagen visible y la forma del Padre que es invisible (Col 1, 13-15; Flp 2,6; Hb 1,3; Ap 1,13-16; 4-5). La Gloria que se le da al Hijo a través de la adoración va a través de Jesús a Dios el Padre (Flp 2,11; 1Ped 4,11). De este modo el Hijo comparte y manifiesta la Gloria del Padre (Hb 1,3; Flp 3,21; 2Cor 3,12-4,4; Col 1,19). Ambos son responsables de la creación, sin embargo todo viene desde el Padre a través del Hijo (1Cor 8,6; Col 1,16; Heb 1,2; Jn 1,3). El texto de 1Cor 8,6 es interesante: para nosotros existe un solo Dios, el Padre, que es principio de todo y fin nuestro, y existe un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y también nosotros. Aquí el apóstol estaría citando la shema pero de una manera muy particular. La deidad de Israel, Dios y Señor, son tomadas como dos diferentes identidades o personas en una sola divinidad: Dios el Padre, y El Señor Jesúcristo. No habría una departura del estricto monoteísmo judío. El culto de Jesús no se considera como uno aparte o paralelo al de Dios. Este versículo, además, contiene interesantes elementos simbólicos de carácter numéricos. Así, vv. 6a-c: 13 palabras (5 palabras + 8 palabras en 6b-c) y 19 silabas (8+11 en vv. 6a+b.c). Vv 6d-f: 13 palabras (cinco palabras en 6d+ 8 palabras en 6e-f) y 19 silabas (8+11 en v 6d+e-f). Total: 26 palabras (38 silabas). Según Fletcher Louis la estructura numérica (13+13= 26) hace una profunda contribución a la confesión sobre la identidad de un Dios que es dos en uno. ¿Por qué? Si suponemos que esta confesión se realizó en una comunidad hebrea-arameica en Palestina (qué más tarde recogerá Sn Pablo) entonces fijémonos que coincide con los valores numéricos del Tetagramón que también tiene un valor numérico de 26: yod (=10)+ he (=6) + waw (=6) +he (=5). Ahora bien, y de manera alternativa, se podia contar obviando los ceros y así tendríamos la suma 17 en el Tetagramón: yod (=1)+ he (=5) + waw (=6) + he (=5) =17. Esta cifra es la que coincide con la expresión Yo soy. Pero hay más, la palabra hebrea para Gloria, kavod, kap (=11) + bet (=2) +dalet (=4)= 17. O bien, kap (=20) + bet (=2) + dalet (=4)=26. Entonces los números 17 y 26 significan el nombre de Dios y la Gloria divina. Tanto la Shema como su interpretación cristológica en 1Cor 8,6 se focalizan en la identidad del Dios de Israel, Dios y Señor. Tanto la Shema como la confesión cristiana contienen 26 palabras, el número de Yhwh. Esta interpretación es extraordinariamente sugerente porque supone una manifestación cristológica muy potente y temprana: juntos, el único Dios, el Padre, y el único Señor Jesucristo constituyen la identidad del Único Dios y Señor. Para más detalles. Jesus Monotheismp.22-55
↧