Las tradiciones que dicen relación con los gigantes en la literatura apócrifa y rabínica son claros al momento de responder a ciertas preguntas respecto a los gigantes. ¿Quiénes eran los gigantes? ¿De dónde aparecen? ¿Qué función cumplen? Esto es especialmente cierto cuando nos remitimos a la literatura enóquica. Recordemos que los gigantes representan en los mitos antiguos el caos, la desproporción, el desorden...todo aquello que nos supera y a lo que tememos (aunque en el caso de los héroes lo opuesto es la verdad: representarían la virtud y la fuerza sublimada). En varias entradas hemos estudiado a los gigantes en la literatura rabínica y apócrifa. Ver: http://tomachosj.blogspot.ru/2011/06/angeles-caidos-gigantes-y-espiritus.html; http://tomachosj.blogspot.ru/2011/09/angeles-caidos-y-gigantes-en-la.html; http://tomachosj.blogspot.ru/2012/05/distintas-interpretaciones-sobre-el.html ). La claridad apócrifa y rabínica no se repite en el libro del Génesis donde el texto presenta más problemas que respuestas. El primer texto a considerar es Gn 6,1-4, el cual lee así: 6,1 Y aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban. 3 Entonces el SEÑOR dijo: No contenderá mi Espíritu para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne. Serán, pues, sus días ciento veinte años. 4 Y había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos. Éstos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre.
La primera cuestión que plantea el texto aparece ya en el versículo primero con la referencia a la multiplicación de la raza humana. ¿Acaso no era precisamente esto lo que había ordenado Dios en Gn 1,28? ¿Por qué ahora se problematiza el cumplimiento de esta ordenanza? Las posteriores interpretaciones entendieron el problema de este versículos y relacionaron el “comenzar (חלל) a multiplicarse” con el “rebelarse” o “desacralizar” (חלל). En este línea va el Gen.Rab. XXVI, IV (280), VII (286-287). Entonces lo que se quiere decir es que la multiplicación de los hombres sobre la tierra fue en verdad una rebelión bajo forma de sobre población. Fruto de esta rebelión nacen hijas verdaderamente hermosas…y aquí surge la segunda cuestión. Los Hijos de Dios las desearon y las tomaron para sí. Y la pregunta es: ¿quiénes son estos hijos de Dios (בְנֵי־הָֽאֱלֹהִים֙ )? ¿Son seres divinos al modo del politeísmo? ¿Son divinidades menores? ¿Son ángeles o son humanos? Interpretaciones posteriores evitaron el darle un carácter divino a estos “hijos de Dios”. Según el Bereshith Rabbah o el Gen. Rab. XXVI, V, 282 no se tratarían de seres divinos, sino de hombres. Las interpretaciones cristianas tendieron a ver a ángeles o bien a hombres descendientes de la línea de Seth en contraposición de las “hijas de los hombres” descendientes de la línea de Caín. Modernas interpretaciones suelen a negar que los “hijos de Dios” se refieran a seres angelicales sino a seres humanos al modo de los reyes antidiluvianos de los mitos cananeos, esto es híbridos hombres-dioses.
Los problemas no terminan aquí. Tenemos que la reacción de Dios es realmente enigmática. ¿Por qué un decreto de reducción de la vida humana a 120 años? ¿Por qué precisamente 120 años? Y a continuación vienen las preguntas del millón. Tenemos que “había gigantes (הַנְּפִלִ֞ים ) en la tierra en aquellos días”. La palabra hebrea “nephilim” es de difícil traducción. En los LXX se tradujo como “gigantes” (γιγαντεζ). En el 1Enoc los nephilim son los nietos de las relaciones entre los vigilantes (yיריו) con las mujeres. En efecto, fruto de estas relaciones sexuales nacieron “Gibborim” (héroes del pasado) y estos a su vez produjeron “nephilim”. Lo que pretende, entonces, el 1Enoc es eliminar la ambigüedad del texto del Gn diciendo que las mujeres durmieron con los vigilantes dando origen a una raza conocida como gibborim quienes, de una manera no clara, dan origen a los nephilim. Pero esta explicación no resuelve el problema: ¿Existían ya en la tierra los gigantes antes que estos fuesen procreados fruto de las relaciones entre las mujeres y los vigilantes? Y en todo caso, ¿quiénes son estos “héroes del pasado”? Para más detalles: Brian R. Doak, The Last of the Rephaim, Harvard University Press, 2012, p. 53-66.