El relato del Gn 3 respecto a la tentación y caída de la primera pareja es una crítica abierta a ciertas tendencias que afirmaban la posibilidad de la adquisición de la sabiduría con independencia a Dios. De hecho, la serpiente tienta a la mujer diciéndole que puede adquirir sabiduría prescindiendo de Dios: Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal (Gn 3,5). Esto es al parecer contradictorio con las corrientes sapienciales como Prov 8 donde se ve positivamente la búsqueda y deleite de la sabiduría, que valga la paradoja, es representada como niña, mujer, y esposa (Eva). Otro texto interesante al respecto es Job 15,7-8 donde por una parte, al igual que el Gn, se acusa al protagonista (Job) de arrogancia al querer alcanzar una sabiduría que depende de Dios (como Adán del Gn); y por otra, da a entender que previo al primer pecado Adán tenía acceso a una sabiduría divina (entonces, ¿para qué comería del árbol?): ¿Fuiste tú el primer hombre en nacer, o fuiste dado a luz antes que las colinas? ¿Oyes tú el secreto de Dios, y retienes para ti la sabiduría? Para Filón de Alejandría la sabiduría también es una prerrogativa dada en el paraíso. Allí el conocimiento se asemeja con la vida contemplativa. De hecho el pecado de Adán consiste no en querer poseer la sabiduría divina, sino en no cultivarla apropiadamente. Cuando él estaba cultivando la sabiduría en el Paraíso, cuidó de este cultivo como si fuesen árboles, beneficiándose de sus frutos inmortales y beneficiosos, a través de los cuales llegaba a ser inmortal. Cuando él fue expulsado del lugar de la sabiduría, él estaba practicando lo opuesto, esto es la ignorancia, la cual contaminó su cuerpo, y su mente que se encegueció, y sus alimentos que no le satisfacían, y él se perdió a sí mismo y sufrió una muerte miserable (QuestGen 1, 56). Teniendo en cuenta estos problemas exegéticos, ¿por qué el texto de Gn 3 problematiza el deseo humano de adquirir y gozar la sabiduría divina? En primer lugar constatemos que existen textos veterotestamentarios que condenan lo que llaman arrogancia, esto es el deseo de alcanzar la sabiduría por medios humanos. El ejemplo más paradigmático es Ez28 que es un texto que guarda muchos paralelos con Gn 1-3. Pero también tenemos a 1Sam 1, 2-3: No hay santo como el SEÑOR; en verdad, no hay otro fuera de ti, ni hay roca como nuestro Dios. No os jactéis más con tanto orgullo, no salga la arrogancia de vuestra boca; porque el SEÑOR es Dios de sabiduría, y por Él son pesadas las acciones. Sin embargo, más importante es constatar que lo que el relato del Gn 1-3 plantea es una teología de la Alianza sobre una teología sapiencial. En ese sentido el árbol del conocimiento tendría un claro paralelo con la Torá (algo que muy bien comprendía Pablo). La desobediencia de la primera pareja, al igual que la del pueblo de Israel en el Sinaí y más tarde en la monarquía previa al exilio, tiene que ver con la desobediencia a la Alianza que Dios ha establecido con su pueblo. Por ejemplo, en el GnRab 19,9 leemos: Dios declara que del mismo modo que Yo conduje a Adán al Jardín del Edén y le di un mandamiento y él no lo cumplió con lo cual lo castigué con la destitución y la expulsión…y así como Yo traje Adán y Eva al Edén, traje a mi pueblo en la tierra de Israel y les di los mandamientos. [Como Adán y Eva] ellos también desobedecieron mis mandamientos y Yo los castigué con la destitución y la expulsión (exilio)… Para más detalles: Peter Thacher Lanfer, Remembering Eden, p.80-91.
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