En la Carta a los Hebreos el término diathhkh se utiliza para referirse a la Alianza Mosaica y la nueva que viene a realizar en Cristo las promesas de Jr 31, 31-34. La primera Alianza fue realizada por Dios con Israel una vez que lo ha liberado de Egipto. Constata Hebreos: Por eso tampoco la primera alianza se instituyó sin sangre. 9,19: Cuando Moisés terminó de recitar al pueblo todos los mandamientos de la ley, tomó lana roja y una rama de hisopo las mojó en la sangre de los becerros [y cabras], mezclada con agua y roció el libro de la ley y a todo el pueblo, 9,20: diciendo: Ésta es la sangre de la alianza que Dios establece con ustedes. 9,21: Igualmente con sangre roció la morada con todo el ajuar del culto. 9,22: Según la ley, casi todo se purifica con sangre, y sin derramar sangre no hay perdón. La utilización de la sangre en la primera Alianza es prefiguración de la Alianza inaugurada por Cristo. Este contraste se enfatiza cuando se revisa el siguiente texto de Ex:
Entonces Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor; madrugó y levantó un altar en la falda del monte y doce piedras conmemorativas por las doce tribus de Israel.24,5: Mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer los holocaustos y ofrecer novillos como sacrificios de comunión para el Señor. 24,6: Después tomó la mitad de la sangre y la echó en recipientes, y con la otra mitad roció el altar. 24,7: Tomó el documento del pacto y se lo leyó en voz alta al pueblo, el cual respondió:
—Haremos todo lo que manda el Señor y obedeceremos.
24,8: Moisés tomó el resto de la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo:
—Ésta es la sangre del pacto que el Señor hace con ustedes según lo establecido en estas cláusulas.
Entonces Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor; madrugó y levantó un altar en la falda del monte y doce piedras conmemorativas por las doce tribus de Israel.24,5: Mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer los holocaustos y ofrecer novillos como sacrificios de comunión para el Señor. 24,6: Después tomó la mitad de la sangre y la echó en recipientes, y con la otra mitad roció el altar. 24,7: Tomó el documento del pacto y se lo leyó en voz alta al pueblo, el cual respondió:
—Haremos todo lo que manda el Señor y obedeceremos.
24,8: Moisés tomó el resto de la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo:
—Ésta es la sangre del pacto que el Señor hace con ustedes según lo establecido en estas cláusulas.
El autor de Hebreos establece una fuerte conexión entre la Alianza y el culto. Lo hace especialmente a través de la mención de la consagración de la tienda en Nm 7,1. En Heb la Alianza Mosaica es en primer lugar de naturaleza cúltica. En segundo lugar, destaca lo que ya hemos mencionado: la importancia de la sangre en el establecimiento de ambas alianzas. La sangre se relaciona con la idea de la purificación y la expiación, conceptos ausentes del texto del Ex. Así, por ejemplo, en el relato del Ex los terneros son ofrecidos como sacrificios quemados y como ofrecimientos de paz a Dios. En Heb se dice que las cabras y toros fueron ofrecidos en sacrificio, aludiendo al uso de estos animales en el Yom Kippur. En la misma carta, el énfasis en la aspersión de la sangre como medio de purificación hace referencia de nuevo a la expiación. En el relato del Ex hay una sola aspersión de la sangre (no dos como en Heb), la mitad es derramada sobre el altar y la otra sobre la gente. En ambos casos lo que se quiere enfatizar es la relación entre Dios y el pueblo. Y es que en Heb hay dos aspersiones de sangre, la primera sobre la Alianza y el pueblo, la segunda sobre la tienda y los utensilios cúlticos. En el caso de Heb la segunda aspersión hace referencia a Nm 7,1: Cuando Moisés terminó de instalar el santuario, lo ungió y consagró con todos sus utensilios, y lo mismo el altar con sus utensilios: y los ungió y los consagró.
Para Heb ambas alianzas se inauguran a través de la sangre y la cuestión es una contra la otra. La antigua tildada de obsoleta, vieja y pronta a desaparecer (8,13). Para más detalles: Susan Haber, "They Shall Purify Themselves", Essays on Purity in Early Judaism (A. Reinhartz ed.), From Priestly Torah to Christ Cultus: The Re-vision of Covenant and Cult in Hebrews, p. 145-148.